La jugadora de hockey sobre hierba Bea Pérez, que anunció su retirada de la selección española a principios de esta semana, admite que al acabar el ciclo olímpico no le veía «el sentido a alargar más esta experiencia» y por ello tomó la decisión, que no fue «fácil», con un «cierre perfecto» al terminar los Juegos de París del pasado verano.
«Tomar la decisión no ha sido fácil, pero han sido muchos años sin parar y mi cabeza y mi cuerpo me pedían bajar un poco el ritmo. Por otro lado, acabábamos ciclo y no le veía el sentido a alargar más esta etapa a pesar de haber sido una experiencia increíble. Así que terminar en unos Juegos Olímpicos era el cierre perfecto», manifestó Bea Pérez en declaraciones facilitadas por la Real Federación Española de Hockey (RFEH).
Bea Pérez, que es la jugadora que más veces lució la camiseta de la selección española con 267 internacionalidades y miembro del equipo que ganó los bronces mundial y europeo en 2018 y 2019 respectivamente, afirmó que desde que hizo oficial la decisión de dejar del combinado nacional ha recibido un «montón de mensajes» haciendo «aún más especial este momento». «Quiero darles las gracias a todos y, más especialmente a aquellos vinculados con los clubes en los que me he desarrollado como jugadora, el Sardinero HC y el Club de Campo. Por todo su apoyo, por todo su cariño y por enseñarme a disfrutar de este deporte», destacó.
«Resumir mi trayectoria es complicado, porque he vivido de todo. Desde una no clasificación a los Juegos de Londres 2012, a luego poder vivir Río, Tokio y París. Pero, sin duda, me quedo con todas las emociones y experiencias vividas con las personas que he compartido este viaje», remarcó.
Pérez, diploma olímpica en sus tres participaciones con las ‘Red Sticks’, agradeció «cada minuto, cada mirada, cada abrazo, cada risa, cada llanto, cada voz de ánimo, cada carrera, cada anécdota» a todos los que lo han hecho posible. «Gracias por haber hecho de esto la mejor experiencia de mi vida», anunció.
«De no tener ningún medio, más que nuestra ilusión y nuestro trabajo, entrenando en condiciones bastante difíciles y sin recursos, a hacer historia ganando un bronce mundial y un bronce europeo. Al final, la medalla y los éxitos son las recompensas tangibles. Pero con lo que te quedas después y lo que recuerdas son todos esos momentos que te han llevado hasta ahí», concluyó.