La historia del club colchonero cambió para bien, cuando hace casi 10 años el técnico argentino cogió las riendas de un equipo que estaba más cerca del descenso que de puestos europeos. Si el Atlético de Madrid está donde está ahora eso ha sido gracias a Diego Pablo Simeone, los rojiblancos le deben la época mas gloriosa en tema de títulos y con la incorporación a una élite europea donde se respeta más que nunca a los del Wanda Metropolitano. Sin embargo, son pocos los aficionados que entendieron la actitud de su entrenador en el pasado derbi frente al Real Madrid el sábado 12 de diciembre donde su equipo cayó 2-0 frente a los blancos en el Alfredo Di Stefano.
En el partido de la temporada donde los rojiblancos deberían dar un golpe en la mesa, ni siquiera se presentaron. Tampoco se puede pretender que en todos los partidos Joao Félix sea la estrella o que Marcos Llorente sea el que más corra, pero es que el sábado no se mostró ni la intención de ir a por el partido. El Real Madrid sin hacer un encuentro brillante de no parar de generar ocasiones se llevó los tres puntos de una manera cómoda, además cuando el marcador todavía iba 1-0, el técnico argentino decidió quitar al delantero portugués para meter al campo a Saúl, un cambio más que defensivo cuando debería haber ido a por el partido.
En una temporada donde el técnico argentino había cambiado esa forma de jugar tan defensiva para centrarse en una más vistosa donde su equipo le llevaba la batuta del juego durante los encuentros. Una nueva visión que estaba dando buenos resultados el Atlético antes de este fin de semana iba líder con dos partidos menos que el segundo de la competición, la Real Sociedad. Con solo dos goles encajados en diez partidos, una medía de más de dos goles por partido, toda esa buena racha y esas buenas sensaciones desaparecieron frente a los de Zinedine Zidane.
La frustración de los aficionados fue más que evidente, porque además en distintos tramos del partido, los jugadores rojiblancos mostraron ese buen juego y crearon ocasiones como para que el resultado final hubiese sido distinto. Ahora solo queda seguir con esa buena actitud y corregir los errores que se vieron el sábado, porque si algo ha demostrado este equipo y Simeone es que cuando se ponen saben jugar al fútbol y que este año van a pelear La Liga hasta el final.
Eso si nunca un aficionado colchonero podrá poner en duda la labor de Simeone porque sin el este Atlético de Madrid no sería ni la sombra de lo que es ahora, pero de vez en cuando hay que darle un tirón de orejas.