El FC Barcelona se impone por la mínima al Levante y consigue tres puntos que le permiten seguir sumando en liga. Leo Messi desequilibró el encuentro tras haberse topado varias veces con Aitor Fernández. Los catalanes respiran y terminan una semana complicada con una alegría.
Volvía el fútbol al Camp Nou, y lo hacía en medio de un clima tenso y adverso en Can Barça. La dolorosa y contundente derrota ante la Juventus y las últimas noticias en torno a una supuesta división del vestuario habían avivado la tensión y el malestar general que persigue al conjunto culé desde la debacle ante el Bayern.
Los de Koeman necesitaban reencontrarse con el triunfo, y lo más importante, mejorar las sensaciones en el terreno de juego. En frente estaba un Levante que venía propulsado por su brillante victoria contra el Getafe. El cuadro granota salió bien ordenado, con una presión alta y llegando al área barcelonista con facilidad.
A los 10 minutos De Frutos tuvo una de esas ocasiones de las que luego se suelen lamentar, especialmente cuando se juega en campos como el Nou Camp. El extremo se plantó solo ante Ter Stegen pero disparó al centro. El Barça contestó por medio de Braithwaite. Pero el dominio sorprendentemente estaba siendo de los de Paco Lopez, que a través de Dani Gómez volvieron a disponer de una buena oportunidad, pero andaban sin acierto.
Lenglet pudo adelantar a los suyos, pero el francés, a portería vacía, mandó el balón a las nubes. Aún así el Levante seguía cómodo. El Barça no había entrado al partido, no se encontraba y apenas lograba generar peligro. Pero a los grandes, con poco que hagan, les basta para desequilibrar los encuentros en cualquier momento. Y en cuanto los de Koeman empezaron a combinar tuvieron dos buenos acercamientos. Pero Aitor logró repeler los remates de Jordi Alba y Griezmann, que finalizó una elaborada jugada.
Los locales acabaron bien la primera parte. Y en el segundo periodo continuaron con su crecimiento en el choque, llegando con más asiduidad y con mayor participación de los jugadores de banda y el centro del campo. Los valencianos cedieron terreno y dieron un paso atrás. Los azulgranas cada vez llegaban con más claridad, pero no estaban finos en el remate y Aitor, como de costumbre, estaba complicando aún más la empresa del gol.
El guardameta vasco estaba siendo un muro, y en la segunda parte se encargó de sostener a su equipo y mantenerle con vida. Braithwaite y Messi perdonaron dos remates en posiciones muy favorables, pero la sorpresa por verse tan solo, en el caso del danés y Fernández, en el del argentino evitaron el tanto culé. Quedaban quince minutos y los fantasmas y los temores de esta temporada estaban empezando a emerger en el club blaugrana.
Pero lo normal, cuando el Barcelona llega tantas veces, es que la calidad se acabe imponiendo y terminen marcando. Y así fue, Malsa perdió un comprometido balón en el centro del campo. Griezmann filtró la pelota a Messi y el «10» pisó área y consiguió batir al meta levantino con un disparo cruzado. Respiraba Koeman.
Tras el gol el Barça logró comodidad y pausa con la pelota. Fue un golpe duro para el Levante que estaba fisicamente mermado tras haberse explayado en labores defensivas. Aún así en los últimos minutos, por medio de Morales, y con más corazón que cabeza, los valencianos intentaron luchar por el empate.
El final del encuentro fue agónico para los locales. Hasta tres saques de esquina sacó el Levante en el descuento. Y en el último, con hasta Aitor rematando, dispusieron de una buena volea que logró atajar Stegen, pero que en el corto trayecto desde que el jugador granota remató y el esférico llegó a las manos del alemán, seguro que aceleró todos los corazones de los seguidores culés. Finalmente el Barça se lleva una merecida derrota y el Levante se va de vacío pero con una imagen digna y competitiva.